NOTIVIDA,
Año VIII,
nº 510, 13 de mayo de 2008 OBEDIENCIA DEBIDA AL EJECUTIVO NACIONAL Las
feministas se enojaron porque los obispos de la provincia de Buenos Aires no
quieren promover las esterilizaciones quirúrgicas en los colegios. El
Arzobispo de En una
reunión con el gobernador Scioli, un obispo manifestó “su
preocupación porque en un cable de noticias leyó que existía un proyecto de ley
para promover la esterilización quirúrgica. El gobernador pidió que se hicieran
las averiguaciones correspondientes en A raíz de
esto las diputadas oficialistas Laura Berardo, Marta Medici, Sandra Cruz y
Liliana Di Leo, realizaron una radio abierta en las escalinatas de
La declaración fue suscripta, entre otros, por las activistas
feministas “Checha” Merchán (diputada nacional por Córdoba), Diana Maffía
(diputada porteña) y Graciela Rosso, (ex viceministra de Salud de Ginés González
García y actual intendente de Luján); por funcionarios del Ministerio
de Desarrollo Social de Las críticas feministas a Educación sexual “No nos oponemos, sin más, a la educación sexual escolar. Nos
oponemos a la transmisión en la escuela de una noción de la sexualidad humana
que elude toda referencia fundante a la naturaleza de la persona y de sus actos
y que se agota en información parcializada y en la recomendación de la
sospechosa seguridad que brindan anticonceptivos y
condones”. El proyecto de Berardo “Merece un reproche
ético gravísimo, ya que promueve una mutilación contraria al bien integral de la
persona: la pérdida de la capacidad de engendrar o concebir”.
Inclinación totalitaria “Un grupo de diputadas del oficialismo ha expresado su
preocupación por la ‘eventual intromisión’ de las autoridades eclesiásticas en
funciones que son de competencia exclusiva de los poderes del Estado. Llama la
atención esta inclinación totalitaria de las legisladoras, ya que no sólo los
obispos, sino cualquier ciudadano y en el caso comentado los padres de familia,
tienen el derecho y el deber de peticionar y de emprender toda gestión legítima
para procurar que las leyes que se dicten no contradigan el orden moral”.
La “independencia” de los
poderes “Se ha dicho también que una gestión de esta índole ‘pone en duda
la independencia’ del Poder Legislativo. Con todo respeto: lo que eventualmente
pone en duda la independencia de los legisladores es su obediencia debida al
Ejecutivo Nacional”. A continuación el texto completo del Comunicado de Mons.
Aguer: Educación sexual: sí, pero
¿cuál?
Corre la voz, frecuentemente, de que El título de la asignatura Educación Sexual podría traducirse, en
un lenguaje inequívocamente humanista: educación para el amor, la castidad, el
matrimonio y la familia. Así se vería con claridad que se ocupa de una dimensión
esencial de la vida humana, en la que se pone en juego la orientación ética y
religiosa de la existencia, la felicidad y la salvación. Entiéndase bien,
entonces: no nos oponemos, sin más, a la educación sexual escolar. Nos oponemos
a la transmisión en la escuela de una noción de la sexualidad humana que elude
toda referencia fundante a la naturaleza de la persona y de sus actos y que se
agota en información parcializada y en la recomendación de la sospechosa
seguridad que brindan anticonceptivos y condones. Esta instrucción incompleta, y
a la vez explícita, no toma en cuenta la dimensión afectiva y relacional, la
necesidad de la autodisciplina y del respeto a valores objetivos; tal enfoque
conlleva el riesgo de estimular en los adolescentes el acceso prematuro e
irresponsable a la experiencia sexual. Los fundamentos de esta versión
reduccionista de la educación se encuentran en la ideología de género, en la
sociología constructivista y en las ideas de Michel Foucault, según el cual la
sexualidad habría sido confiscada por la familia conyugal para absorberla en la
seriedad de la función reproductiva. El propósito implícito es, entonces,
liberar a los adolescentes argentinos de ese “estereotipo cultural”. Con estas
orientaciones sólo puede temerse la destrucción de la familia y la consiguiente
ruina de la sociedad. En las últimas semanas ha cobrado notoriedad un proyecto
legislativo que propone difundir en las escuelas bonaerenses la esterilización
quirúrgica. La iniciativa estaría ordenada a tutelar los derechos a una
“educación sexual integral”. En su momento publiqué en “El Día” una crítica de
la ley que garantiza el “derecho” a recurrir gratuitamente a esa práctica. La
norma merece un reproche ético gravísimo, ya que promueve una mutilación
contraria al bien integral de la persona: la pérdida de la capacidad de
engendrar o concebir. Implica también un rebrote malthusiano que responde a la
ideología de la seguridad demográfica –análoga a la de la seguridad nacional-
que fue expuesta en el célebre Informe Kissinger de 1974: se debe impedir el
crecimiento de la población de los países pobres porque constituye un peligro
potencial para los denominados “centrales”. ¡Ahora habría que instruir a
nuestros niños sobre la feliz posibilidad de renunciar a ser padres y madres de
futuras generaciones argentinas! ¿Se piensa acaso que el territorio nacional ya
está colmado y que carecemos de reservas
alimentarias? Un grupo de diputadas del oficialismo ha expresado su preocupación
por la “eventual intromisión” de las autoridades eclesiásticas en funciones que
son de competencia exclusiva de los poderes del Estado. Llama la atención esta
inclinación totalitaria de las legisladoras, ya que no sólo los obispos, sino
cualquier ciudadano y en el caso comentado los padres de familia, tienen el
derecho y el deber de peticionar y de emprender toda gestión legítima para
procurar que las leyes que se dicten no contradigan el orden moral. Se ha dicho
también que una gestión de esta índole “pone en duda la independencia” del Poder
Legislativo. Con todo respeto: lo que eventualmente pone en duda la
independencia de los legisladores es su obediencia debida al Ejecutivo
Nacional. Tampoco se puede considerar un avance la promoción de ese presunto
derecho a mutilarse. Habremos avanzado cuando se logre superar la crónica
pobreza en que ha caído gran parte de nuestra población, cuando haya oportunidad
abundante de trabajo genuino, cuando el Estado pueda asegurar efectivamente la
vida y los bienes de los ciudadanos, cuando las familias argentinas puedan criar
y educar con dignidad una prole numerosas, cuando por fin se haga realidad una
justicia demasiado largamente esperada. Y los legisladores pueden hacer mucho
para alcanzar estas metas. + Héctor Aguer Arzobispo de ____________________________________ NOTIVIDA, Año
VIII, nº 510, 13 de mayo de 2008 Editores: P.
Juan C. Sanahuja y Mónica del Río Página web http://www.notivida.org Email
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