NOTIVIDA, Año VII, nº 457, 12
de julio de 2007 Río Negro,
Argentina LOS
OBISPOS DE RÍO NEGRO SOBRE EUTANASIA Como hemos adelantado
en la sesión del 5 de julio Ayer los obispos de Río Negro emitieron
una declaración en la que destacan que estos proyectos producen el
adelantamiento de la muerte en lugar de acompañar al enfermo en sus últimos
momentos. En el mismo documento reafirman “el valor fundamental de toda
vida humana” y su dignidad “que brota de ser imagen y semejanza del Creador,
dignidad que nada ni nadie nos puede quitar”. Le solicitan además a
su feligresía que preste particular atención a la “misión evangelizadora con los
enfermos, llevándoles el consuelo y la fortaleza de la fe y esperanza
cristianas”. Culminan renovando su
compromiso con la vida, desde su concepción hasta su fin
natural. A continuación el
texto completo del mensaje: DIGNIDAD DE Mensaje de los obispos de Río
Negro sobre Dice Dios: “Yo doy la
vida y la muerte” (Dt 32,39) Como es de
público conocimiento, en Una vez más, como
Pastores de Es nuestra intención y
misión poner luz sobre esta realidad, siendo además conscientes de lo difícil y
doloroso que implica atravesar la enfermedad terminal, tanto para el que la
padece como para los familiares que acompañan al enfermo. Creemos que ello
merece ser tratado desde la verdad científica y la objetividad ética dentro de
un diálogo verdadero, inclusive con todos los sectores sociales, culturales y
religiosos. Por otra parte, rechazamos que nuestra fe en Dios nos quite el
criterio y nos deje miope para discernir y declarar lo que opinamos respecto de
la dignidad de la persona y los derechos humanos, como parece desprenderse de un
pasaje del fundamento de la ley de “Manifestación de voluntad, previa
información”. Respecto al proyecto de Ley de
“Manifestación de voluntad previa información” Es bueno tener
presente que “…la administración de agua y alimento, aunque se lleve a cabo
por vías artificiales, representa siempre un medio natural de conservación de la
vida, no un acto médico. Por lo
tanto, su uso se debe considerar, en principio, ordinario y proporcionado, y
como tal moralmente obligatorio, en
la medida y hasta que demuestre alcanzar su finalidad propia…” (Juan Pablo II,
20/03/2004). Por lo tanto, dejar de hidratar y alimentar a un paciente es,
simplemente, condenarlo a muerte por inanición, deshidratación y/o desnutrición.
Esta verdad no se ve respetada
en estos proyectos de leyes provinciales. Respecto al proyecto de
Ley que propone la creación de un “Registro de Voluntades
Anticipadas. Este proyecto propone
la creación de un “Registro de Voluntades Anticipadas”, donde quedará constancia
de la “Declaración de Voluntad Anticipada”. Consideramos que el tema de las
“Voluntades Anticipadas” necesita de un gran debate social y bioético; mucha
clarificación tanto en el orden jurídico (¿qué alcance tiene y cuánta
duración tiene? ¿cada cuánto hay que actualizarlo? ¿quién es la autoridad
competente para hacerlo válido y eficaz? ¿cómo se podrá tenerlo disponible en el
momento oportuno, sin violar la confidencialidad y la privacidad?), como a
nivel sanitario, administrativo y de conocimiento de toda la población. Se sabe
bien de las dificultades prácticas que aún se tienen con el llamado
“Consentimiento Informado”. Este “consentimiento
informado” ya está requerido por Ante estos proyectos de ley
nos preguntamos: ¿qué significa “Muerte digna” o “Morir con
dignidad? Afirmamos la
preocupación por dar al enfermo, sobre todo al enfermo terminal, una verdadera
calidad de vida. Y esto es lo que inspiró el desarrollo de los “Cuidados
Paliativos” (los que están destinados a hacer más soportables el sufrimiento
en la fase final de la enfermedad y, al mismo tiempo, asegurar al paciente un
acompañamiento humano adecuado). De allí que toda
búsqueda de “muerte digna” debe ser la búsqueda de la supresión del dolor, el
reencuentro en familia, la relación del enfermo con quienes lo rodean, su apoyo
en Dios si es creyente, y todo aquello que hace más llevadero los últimos
momentos de quien está por finalizar su vida biológica. Si consideramos a la
persona integralmente, descubriremos la paradójica riqueza de esta etapa donde
se expresan el respeto y el amor con gestos de cuidado y atención que van más
allá de las palabras, se dan oportunidades de reconciliación, se vence una
cierta concepción vitalista que pone el valor de la persona en referencia a su
utilidad y eficiencia. No sólo es bueno
garantizar, a nivel público y privado, la administración de los Cuidados
Paliativos, tal como el proyecto de Ley prevé en su art. 10, sino que requiere
un trabajo de capacitación del equipo de salud y de difusión, para que todos
puedan solicitarlos para sí o para sus familiares. Ante este panorama
reafirmamos: · El valor
fundamental de toda vida humana · La dignidad que
brota de ser imagen y semejanza del Creador, dignidad que nada ni nadie nos
puede quitar. Dignidad humana que, por otra parte, ha sido reconocida e incluida
en la ”Declaración Universal de Bioética y Derechos Humanos de
· La importancia de la
administración de los cuidados debidos a toda persona humana como indica el
saber y entender de la ciencia más moderna y humanista, la asistencia sanitaria básica:
alimentacion, hidratación, higiene, calefacción, prevención de complicaciones
por el hecho de estar en cama, monitorización de los signos clínicos, etc.
· El valor de los
Cuidados Paliativos, como respuesta científica y humana que se contrapone al
ensañamiento terapéutico y aleja la posibilidad de la
eutanasia. Acciones
propuestas Como pastores
preocupados por nuestros hermanos enfermos, proponemos algunas iniciativas y
acciones positivas que ayuden a las personas en estado grave o terminal y
también a sus familias y amigos, que deberían estar incluidas en una ley justa y
respetuosa del valor de la vida humana, desde su concepción hasta su muerte:
· Sostener a las
familias de los pacientes: no dejarlas solas con su carga humana, psicológica y
económica. · Crear y sostener
redes de animación, con programas específicos. · Proveer apoyo
económico y asistencia a domicilio. · Disponer de centros
de acogida para familias incapaces de afrontar el problema y para ofrecer
períodos de “pausa” asistencial. · Propiciar dinámicas
que ayuden a comprender que el equipo de salud es su aliado y lucha con
ellos. Conclusión Les pedimos a nuestros
sacerdotes, religiosos y laicos, una especial atención a la misión
evangelizadora con los enfermos, llevándoles el consuelo y fortalece de la fe y
esperanza cristianas, mediante un encuentro humano, sencillo, directo y
personal, que la más simple de las visitas hace posible. Así cumpliremos la
consigna que nos dejó el Señor Jesús: “Estuve enfermo y me visitaron… Cada
vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”
(Mt. 25,36.40). Renovando nuestro
compromiso por la vida, desde su concepción hasta su fin natural, saludamos a
todos con afecto fraterno y les dejamos la bendición del Dios “que ama la
vida” (Sab. 11,26). General Roca, 11 de
julio de 2007. Mons. Néstor
H. Navarro, obispo de del Alto Valle
del Río Negro Mons. Fernando Carlos
Maletti, obispo de San Carlos de
Bariloche Mons. Esteban M. Laxague, obispo de
Viedma Mons. Miguel Esteban
Hesayne, obispo emérito de Viedma
Mons. José Pedro Pozzi, obispo emérito del Alto Valle
del Río Negro ______________________________________ NOTIVIDA, Año
VI, nº 457, 12 de julio de 2007 Editores: P.
Juan C. Sanahuja y Mónica del Río Página
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