NOTIVIDA, Año IV, nº 248, 28 de
septiembre de 2004
Buenos
Aires, Argentina HAY QUE VOLVER A EDUCAR EN LA
CASTIDAD En el programa “Claves para un mundo mejor”, del
sábado ppdo., Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, reflexionó sobre los
proyectos de educación sexual en estudio en los distintos ámbitos legislativos.
El prelado recordó que son
proyectos “totalitarios”, “pues desconocen los derechos de los padres que son
siempre los primeros responsables de la educación de sus hijos” y ponderó las
iniciativas que proponen la creación de “talleres para padres” a fin de
capacitarlos para “que sean ellos quienes transmitan estos conocimientos a sus
hijos”. Señaló que no basta que no
se obligue a las escuelas católicas a dictar planes oficiales y reafirmó la
preocupación de la Iglesia por “la multitud de chicos, la mayoría bautizados en
la Iglesia Católica, que siguen su educación en las escuelas
oficiales”. Fustigó asimismo la
superficialidad y frivolidad con que hoy se insta a experiencias sexuales
precoces. Exhortando finalmente, a
volver “a predicar y a catequizar seriamente acerca del 6° Mandamiento y
de sus implicancias y de la virtud de la castidad”. Transcribimos a continuación el texto completo de la reflexión: LA
EDUCACIÓN SEXUAL EN LA ESCUELA Últimamente se ha desatado
de nuevo la controversia sobre la educación sexual en los colegios. Hace dos
años una Ley Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable (así se la
llamaba) ha prescripto que en los colegios debía impartirse instrucción sobre
este tema tan delicado. Al parece esa iniciativa fue insuficiente. Ahora el Ministerio de
Salud de la Nación es el que está impulsando que las jurisdicciones provinciales
incorporen, por sus respectivos Ministerios de Educación en la currícula de los
colegios primarios y secundarios esto que se llama educación sexual. Hay un dato interesante
que ya advierte la orientación que suelen tener estos proyectos legislativos. En
el ámbito nacional se decidió para el año próximo duplicar la provisión de
métodos anticonceptivos a los hospitales públicos de todo el país. Se trata de
una inversión de nueve millones de pesos con los cuales se piensa distribuir
cinco millones de anticonceptivos hormonales orales, 850.000 anticonceptivos
hormonales inyectables, 460.000 dispositivos intrauterinos (el DIU considerado
abortivo), 8 millones de preservativos, más de 600.000 anticonceptivos
hormonales compatibles con la lactancia materna, y 2.500 kits de instrumental
para colocación del DIU. Creo que estas cifras dan la pista de la orientación de
este tipo de proyectos que suelen proponer instrucción sobre la genitalidad
humana y provisión de elementos para “cuidarse”, como se suele
decir. Todo lo contrario de lo
que nosotros llamamos “educación para el amor” y que se podría completar
diciendo que debe ser una “educación para el amor, la castidad, el matrimonio y
la familia". Estos proyectos tienen
además una característica totalitaria pues desconocen los derechos de los padres
que son siempre los primeros responsables de la educación de sus hijos. Y este
derecho vale de un modo peculiar para estas materias tan esenciales que tienen
tanto peso en la formación de la personalidad. Existe algún proyecto
alternativo que sugiere que el Estado, en su papel subsidiario, que es lo que le
corresponde, proponga talleres de educación sexual para los padres para que sean
ellos quienes transmitan estos conocimientos a sus hijos. Sobre todo si se suele
decir que son los padres los que tienen el derecho y el deber de poder instruir
a sus hijos en esta materia, pero que no son competentes. Pues bien, entonces
que el Estado les ayude a comprender mejor estas temáticas y a transmitirlas con
precisión porque aquí es imprescindible respetar el derecho de los padres acerca
de la orientación filosófica y aun espiritual o religiosa que quieren imprimir a
la educación de sus hijos. Para la Iglesia no basta
que se excluya a las escuelas católicas de la obligación de dictar planes
oficiales que suponemos la orientación que van a tener sin necesidad de ser
maliciosos. También nos preocupa la multitud de chicos, la mayoría bautizados en
la Iglesia Católica, que siguen su educación en las escuelas
oficiales. Aquí se está jugando algo
muy importante para la juventud argentina y para la sociedad toda en su
conjunto, que es una educación integral que sepa reconocer la sexualidad en el
conjunto de la persona y que esté orientada verdaderamente al amor, a la
familia, a la educación de los afectos y no simplemente a una instrucción
superficial que lo que hará será solamente transmitir una falsa seguridad e
impulsar, incluso, a la promiscuidad y al acceso temprano, más temprano del que
ya tenemos que lamentar hoy día, a la experiencia sexual. Y esto dicho para lo que a
nosotros, pastores, nos corresponde: tendríamos que volver a predicar y a
catequizar seriamente acerca del 6° Mandamiento y de sus implicancias y de la
virtud de la castidad. Esto es más saludable y más digno que repartir
preservativos el Día del Estudiante, como se hizo con una frivolidad
inconcebible. Mons.
Héctor Aguer, arzobispo de La Plata ___________________________________ NOTIVIDA,
Año IV, nº 248, 28 de septiembre de 2004 Editores: P.Juan
C. Sanahuja y Mónica del Río Página
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