NOTIVIDA, Año VI, nº 339, 25 de marzo 2006

VII CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL NIÑO POR NACER

Homilía de Mons. Baldomero Martini, Obispo de San Justo

Como hemos dicho en nuestro último boletín desde el año 1999 Argentina conmemora, cada 25 de marzo, el Día del Niño por Nacer.

Las celebraciones felizmente crecen año tras año, a pesar de que inicialmente se intentó silenciar y hasta derogar la fecha.

Recordemos que a poco de asumir la presidencia de la Nación Fernando de la Rúa, la titular del Consejo Nacional de la Mujer, la abortista Carmen Storani rechazaba pública y enfáticamente la celebración aduciendo que provenía de un alineamiento fundamentalista e hipócrita con el Vaticano (Página 12, 8/3/2000).

Y que ese mismo mes ingresaba en la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto para derogar la fecha, que firmaron los por entonces diputados aliancistas: Elisa Carrió (UCR), Alfredo Bravo (PS) y los frepasistas Alfredo Villalba, Jorge Rivas, Inés Espínola y Marcela Bordenave.

La iniciativa no prosperó porque rápidamente mucho países Iberoamericanos, tomando el ejemplo de Argentina, por distintas vías instituyeron el 25 de Marzo como Día del Niño por Nacer. El primero fue Guatemala (20/05/1999) por ley del Congreso nacional, tal como ocurrió después en Perú. En Nicaragua y Paraguay, por ejemplo, la celebración surgió por decreto del poder ejecutivo y en Uruguay instaló la fecha la Conferencia Episcopal.

En Argentina hay tres provincias (Salta, San Juan y Mendoza) que este año celebran este día de modo especial, porque por ley provincial establecieron el año pasado el “Día de los Derechos del Niño por Nacer”, incorporándolo además a las efemérides escolares. Esperemos que también este ejemplo se replique rápidamente.

Transcribimos a continuación la homilía que pronunció Mons. Baldomero Martini, Obispo de San Justo:

DÍA DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR Y DEL NIÑO POR NACER

Miren la Virgen esta embarazada y dará a luz un hijo y lo llamará  con el nombre de Emanuel, que significa Dios con nosotros” (Is 8,10)

Nos reúne esta fiesta del  Señor para hacernos vivir la experiencia de la Belleza de Dios y la ternura del Amor.

Dios se hace carne:“Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.

¡Aquí estoy! La Eternidad entró en el tiempo. El Hijo eterno se hace hombre. Dios nos visita. El tiempo, nuestro tiempo con tantas crudas realidades toma las dimensiones de la Eternidad.

Dios, que es Amor, nos hace entrar en el misterio de la Vida.

Entremos en la casita de Nazaret para encontrarnos con la Virgen, elegida para ser Madre del que nos va a Salvar del espacio y del tiempo.

Es la Fiesta de la vida por nacer, presente en dos humildes mujeres una  joven casi adolescente y  otra anciana. María  e Isabel, que celebran la vida  presente en sus senos

Ellas abiertas a la vida nos ayudan a descubrir lo urgente que es hoy anunciar el Evangelio de la Vida como esencial para ser fieles al Señor de la Vida.

Madre Teresa nos decía inspirada: “Para mi, la vida es el más bello don que Dios legó a la humanidad. Por eso pienso que aquellas naciones que destruyen la vida legalizando el aborto y la eutanasia son las más pobres, porque no tiene alimento para un niño más, para un anciano más. Y por eso agregan un asesinato más a este mundo”.

Cuando se habla de niños deseados o no deseados, cuando  dejamos instalar la cultura de muerte.

Cuando hablamos de salud reproductiva, ¿no instalamos en nuestro pueblo la mentalidad de que el embarazo es un enfermedad?.

Cuando aceptamos influenciados por un feminismo estrecho que la maternidad es una carga que esclaviza a la mujer.

Cuando se quiere imponer el aborto como un derecho humano.

Madre Teresa nos recuerda: “El aborto es una cosa muy terrible, porque destruye la vida y destruye también el amor. Destruye dos cosas: la vida del niño y la conciencia de la madre. Y este mal se extiende cada día más, porque la gente quiere tener más y el niño les da miedo

Queremos anunciar el Evangelio de la Vida para no dejar que se impongan los paradigmas de la cultura de la muerte. No queremos perder la soberanía nacional en temas tan valiosos como la vida, la familia, la dignidad del varón y la mujer como personas

Lo debemos hacer tanto creyentes y no creyentes. El tema de la vida desde la concepción hasta la muerte natural y también en todo su recorrido. Es una responsabilidad de todos por ser hombres. Es un problema de humanidad. Es el derecho humano primordial.

Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”(Hc 5,29)

“Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término: nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente”, EV 53.

En el Salmo 138 celebramos la vida con esta plegaria Bíblica  que mueve el corazón a sentimientos profundos: “Tu creaste mis entrañas, me plasmaste en el seno de mi madre: Te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable.

¡Qué maravillosas son tus obras! Tú conocías hasta el fondo de mi alma y nada de mi ser se te ocultaba, cuando yo era formado en lo secreto, cuando era tejido en lo profundo de la tierra”

“Aunque la madre llegara a olvidarse del hijo de sus entrañas, yo no me olvidaré de ti. Porque te tengo grabado en la palma de mi mano” (Is 49,15).

Dios nos toma en serio. No se desentiende de cada uno de nosotros. Escucha el gemido de los inocentes.

Nos enseña la Beata de los pobres más pobres:La vida de cada ser humano, dado que ha sido creación de Dios es sagrada y tiene un valor infinito, porque él nos ha creado a todos nosotros, incluso al niño por nacer.

La vida es el mayor regalo de Dios a los hombres, creados a su imagen y semejanza. La vida pertenece a Dios y no tenemos ningún derecho para destruirla

La humanidad está viviendo y queriendo legitimar el holocausto más perverso de la historia y esto clama al cielo.

Como María asumamos el compromiso de vivir y anunciar el Evangelio de la Vida, concientes que todo lo que hiere al hombre hiere a Dios.

Vivamos el abrazo de esta Eucaristía para experimentar más profundamente que DIOS ES AMOR y en cada niño nos está diciendo que confía en nosotros y nos manifiesta su amor.

+Baldomero Carlos Martini, Obispo de San Justo

24 de marzo de 2006

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NOTIVIDA, Año VI, nº 339, 25 de marzo 2006

Editores: Pbro. Dr. Juan C. Sanahuja y Lic. Mónica del Río

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