NOTIVIDA, Año
III, nº 144, 10 de Junio de 2003 Buenos
Aires, Argentina EL ARZOBISPADO
RECHAZA EL PROYECTO DE EMBARAZOS INCOMPATIBLES CON El
día 12 de junio, sería tratado por Hoy,
el Arzobispado de Buenos Aires hizo público un comunicado -rechazando el
proyecto- que dice así: “ Bajo
el concepto de “embarazos incompatibles con la vida”, el proyecto califica a la
persona por nacer como “feto inviable” si “padece una patología incompatible con
la vida cuando presenta gravísimas malformaciones, irreversibles e incurables,
que producirán su muerte intra-útero o a las pocas horas de nacer” (art. 2°).
Cuando el médico diagnostique que el feto es “inviable” tendrá la obligación de
informar en 72 horas a la madre y ofrecerle “la posibilidad de continuar o
interrumpir el embarazo” (art. 4°). Cuando
estos bebés nacen y se independizan de su madre no pueden cumplir con sus
funciones vitales y mueren (a lo sumo pueden vivir unos pocos días). La vida
placentera se acota a los nueve meses de gestación. Adelantar en tres meses o en
tres días el parto de un anencefálico significa adelantar en tres meses o en
tres días su muerte. En ambos casos es moralmente ilícito y no hay modo de
salvar esta circunstancia estirando los
plazos. El
bebé es un ser humano como cualquier otro El
bebé anencefálico es un bebé enfermo pero no por eso deja de ser un ser humano
ya que es fruto de una fecundación humana, con forma humana, que desde el
momento de la fecundación ha sido teleológicamente dirigido con un principio
vital propio. No debe haber, por lo tanto, dudas sobre el hecho que nos
encontramos de frente a un individuo de la especie humana, que tiene que ser
respetado como persona, como sucede con cualquier otro embrión. El triste hecho
de su gravísima patología, no le quita dignidad ni lo convierte en despreciable,
por el contrario lo transforma en un ser humano sumamente frágil, pequeño y
débil, sujeto de un cuidado y protección especial, acorde a su patología y
diagnóstico infausto y en el espíritu de no discriminación (en este caso debido
a su enfermedad). Esto también se
aplica a todo embrión humano con cualquier patología incompatible con la
vida. El
primer paciente es el bebé El
primer paciente es el ser humano que sufre la anencefalia o la patología
gravísima incompatible con la vida, ciertamente diagnosticada. Los segundos pacientes son: la madre, en
primer lugar y el padre junto ella (cuando es conocido y acompaña a la
madre). ¿Que
hay que hacer entonces? En
primer lugar tanto la madre como el padre de este hijo tan gravemente enfermo,
deben recibir especial cuidado y atención ya que sufren un golpe psicológico,
emocional y afectivo muy fuerte, que exigirá una ardua tarea y esfuerzo para
superar el dolor profundo, los sentimientos encontrados y las sensaciones que
causa conocer, aceptar y asumir una realidad tan diferente a la soñada y deseada
en el momento de engendrar esta nueva
vida. En
segundo lugar no se debe adelantar el parto, porque se sabe que eso implicaría
adelantar la muerte y nadie tiene derecho de quitar la vida a otra persona y
menos de alguien que no tiene posibilidad de defenderse”. (Hasta aquí lo dicho
por el Arzobispado, prensa@arzbaires.org.ar) Recordamos
lo publicado en Notivida nº 136, del 09-05-03, del Movimiento Cívico de
Mujeres: “El
Código Penal ya autoriza terminar con el embarazo -aún antes de la semana 24 de
gestación- cuando corre riesgo la vida o la salud de la madre. Reclamar para los
“embarazos incompatibles con la vida” una legislación especial, es admitir que
ni siquiera están comprendidos dentro de una causal tan amplia, vale decir que
no generan riesgo en la madre. No debemos confundir dolor o sufrimiento humano
con riesgo psíquico para la madre. El dolor está en la raíz de la condición
humana y es inevitable. Estas
“interrupciones” de “embarazos incompatibles con la vida” pueden analogarse a
los casos de eutanasia en los que se ejecutan acciones tendientes a adelantar la
muerte del paciente. Eutanasia agravada, porque este paciente ni sufre, ni la
pide. El
proyecto le reconoce a la madre distintos derechos que al padre, al que en
ningún momento consulta. El hijo no es parte del cuerpo de la mujer, como
afirman los abortistas, y las decisiones sobre la vida de éste no pueden excluir
al padre.
Es
absurdo argumentar que la inducción de parto se realiza cuando un bebé normal es
viable y que con esto no se procura la muerte. Si inexplicablemente para la
ciencia médica, el bebé enfermo sobreviviera tras el parto, la madre no sufriría
menos que durante el embarazo. Luego, no se persigue el nacimiento sino la
muerte. El
proyecto responde a los nuevos paradigmas de la "cultura de la muerte" y podría
reducirse a la siguiente fórmula: Un bebé con malformaciones no tiene una buena
"calidad de vida" y pronto va a morir, entonces, que muera cuanto antes.
FIN RUEDA
DE ENLACE DE ONG’s _________________________________
NOTIVIDA,
Año III, nº 144, 10 de Junio de 2003 Editores:
Pbro. Dr. Juan C. Sanahuja y Lic. Mónica del Río Página
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